Por Daygorod Fabián Sánchez El Autor es Educador y Comunicador Social de Villa Vásquez El Tribunal Supremo Electoral (TSE) Hondure...
Por Daygorod Fabián Sánchez
El Autor es Educador y Comunicador Social de Villa Vásquez
El
Tribunal Supremo Electoral (TSE) Hondureño declaró a Juan Orlando Hernández
(actual gobernante y candidato a la reelección) como ganador de las elecciones,
en las que, como ya sabemos, compitió la Alianza de Oposición contra la
Dictadura encabezada por Salvador Nasralla.
Éste
certamen electivo contó, como característica esencial, con artimañas y
truculencias desde su inicio hasta el final, empezando por el impedimento
constitucional a la reelección consecutiva, que fue burlado a través de
tecnicismos jurídicos, irónicamente por un juez que decretó como ilegal el
pedimento de un referéndum para una reelección de José Manuel Zelaya Rosales años
atrás.
Según
los datos del TSE (Tribunal Supremo Electoral) de Honduras, Hernández logró el
42,95 % de los votos frente al 41,24 % de Nasralla. Éste último ha expresado en
varias ocasiones que no aceptará las derivaciones oficiales, y ha tipificado el
proceso como un fraude.
Todo
inició cuando, a pesar del impedimento constitucional a la reelección, Hernández
utilizó – no el pueblo como referente y última voz- tribunales que dieron
lecturas e interpretaciones muy complacientes a los intereses oficialistas e
impusieron la noción de continuismo, en una nación que tal como República
Dominicana – mi país – existen instituciones muy frágiles.
El
resultado de la ambición desmedida del principal exponente del Partido Nacional
de Honduras, Juan Orlando Hernández, y los polémicos cambios a la constituyente
de ese país, ha sido una crisis post-electoral inimaginable, muertes en
protestas, denuncias (generalmente con pruebas irrefutables) de fraude en el
nivel presidencial y la desconfianza para fines de inversión económica de
observadores empresariales que miran con espasmos el desorden en el que está
sumergida la nación Hondureña.
…Admonición Dominicana
Debería
servir de muro de contención, el caso hondureño y la idea de reformar (otra
vez) la Constitución Dominicana para favorecer al Presidente Medina, en razón de
la crisis que hoy sacude a la hermana nación.
Los
eventos acaecidos en el espectro latinoamericano deben ser avistados, no a la gran
distancia, sino al doblar la esquina, producto de las apostillaciones que
distintos anticuarios en la materia han acotado. Los análisis y comentarios han
estado acompañados de manifestaciones que tienen como característica principal
el desequilibrio y la eliminación de la paz social, consecuencia ésta de los
excesos, que no han tenido muro de contención en las instancias o tribunales.