Por Daygorod Fabián Sánchez El Autor es Educador y Comunicador Social de Villa Vásquez Durante los periodos de gobierno del Presid...
Por Daygorod Fabián Sánchez
El Autor es Educador y Comunicador Social de Villa Vásquez
Durante
los periodos de gobierno del Presidente Medina se han destapado casos, tanto decimonónicos
como actuales, de corrupción de los cuales han resultado enlodados funcionarios
de diversas líneas; con el agravante de que los escándalos sirven para fines de
destitución pero en el contexto jurídico no se ha llegado a ningún lado.
El
último caso ha sido el del Abogado y Catedrático Universitario Yuniol Ramírez. Este
hecho me llama la atención de forma sustancial pues la curiosidad se ha
enfocado en Yuniol “El Extorsionador” aparentemente con el propósito de desvirtuar
la realidad imperante: una nomenclatura mafiosa que opera en la OMSA y el
asesinato cruel y vil de una persona.
Desde
el primer momento que se espetaron las informaciones preliminares se condicionó
el terreno para que la gente vea el asesinato, causado por una supuesta
extorción, y no la corrupción y la eliminación física de un hombre como tal. Lo
penoso es que este tipo de eventualidades no son extrañas ni señeras, días atrás
le tocó al país avizorar la muerte de tres (3) personas, una de ellas
supuestamente se suicidó, luego de matar a otros dos (2) en pleno ejercicio de
sus funciones periodísticas. La razón fue el resentimiento alimentado por el
engaño de una institución que vendía los mismos terrenos cinco (5) y seis (6)
veces a distintas personas.
Lo
resultante fue la destitución de funcionarios del Concejo Estatal del Azúcar
(CEA) y con esta cesantía el Presidente y la Comisión que él mismo designó
pretendieron calmar la aspiración de justicia de los cercanos a los tres (3) fenecidos
y de todo el pueblo dominicano. Actualmente este caso duerme el sueño jurídico eterno.
Más
atrás aún, considero preciso citar, el caso OISOE, donde desde hace mucho
tiempo opera un repertorio, de naturaleza mafiosa, que además de llevarse miles
de millones de pesos públicos a los bolsillos privados, auspició el suicidó de
un arquitecto, que se sintió atrapado en las redes de la corrupción y no precisó
salidas a sus dificultades económicas. En este caso el hoy fallecido dejó una
nota señalando con nombres y apellidos parte importante de los líderes de esa estructura
ilícita, sin embargo esos cabecillas caminan por las calles con niveles de tranquilidad
que son de sorpresa para todos.
Producto
del bajo nivel del debate filosófico – político –ideario que pulula en los discursos de los exponentes
partidarios, la descalificación es la primera acción que ha de tomar quien se
siente aludido en razón de cualquier denuncia que afecte su imagen o sus
intereses. Un miembro importante del principal partido opositor (aunque con sus
galloloquismos) ha presentado pruebas, me parecen contundentes, donde el égido del
Presidente Medina – José Ramón Peralta - está fuertemente involucrado con la
creación de empresas a su nombre, las cuales sirven de suplidoras del Estado
(siendo juez y parte) y las mismas a través del Ministro de Agricultura – El señor
Ángel Estévez - es a su vez quien firma los derechos de importación de
distintos productos. Frente al panorama antes señalado no se han tomado las medidas
que ha de esperarse.
...Cualidad del Presidente
A
pesar de que no formo parte de las filas moradas, siempre he apostado a que los
cambios sociales- políticos - económicos deben realizarse desde los partidos,
con la particularidad de que si los partidos entran en una fase de descredito
los pueblos tienden a dar saltos al vació con los denominados outsiders. Creo
firmemente que debemos vernos en el espejo de Venezuela. Las grandes crisis
surgen cuando los pueblos no se sienten representados por sus gobernantes,
cuando estos no hablan cuando deben hablar y no actúan cuando deben actuar.
Nuestro
presidente no es disruptivo ni con hechos ni palabras, frente al hilo de las gestas
de corrupción altamente denunciadas.