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OPINION: Reflexiones de Semana Santa

EL AUTOR es periodista y abogado. Reside en Santo Domingo. Si alguien dentro del gobierno acarició la idea de una nueva reelección ...

OPINION: Reflexiones de Semana Santa
EL AUTOR es periodista y abogado. Reside en Santo Domingo.
Si alguien dentro del gobierno acarició la idea de una nueva reelección del presidente Danilo Medina, puede, desde ahora, rechazarla.
Si el propio presidente Medina pensó que podría valerse de “su Congreso” para comprar otra modificación de la Constitución, debe saber que no será posible aun cuando  cuente con la mayoría de los senadores y diputados para hacerlo.
Nunca como ahora la imagen del mandatario había descendido tanto. Las “visitas sorpresas” y el clientelismo que las acompañan tras una costosa inversión propagandística dentro y fuera de los medios de comunicación, no han podido detener el descenso popular. (Caída libre al vacío)
La gente está harta de Danilo, de sus mentiras, de su demagogia, de su cinismo y de sus cuentos de camino que a nadie entretienen. (Nadie le cree aunque diga verdad en unos casos)
La gente está harta del PLD, de sus gobiernos, de la arrogancia de sus dirigentes, de su falta de escrúpulos, de la corrupción sin límites que les ha permitido adueñarse de los poderes del Estado incluyendo las iglesias y buena parte de los medios de comunicación donde un ejército de periodistas y comunicadores repiten como papagayos las directrices que emanen desde el Palacio Nacional y determinados ministerios. (La crisis moral lo abarca todo)
El PLD no tiene calidad moral para perseguir y condenar a los delincuentes de los barrios que asaltan, atracan y hasta asesinan en tanto sus gobiernos han hecho lo mismo, solo que en una escala superlativamente mayor. Los gobiernos del PLD no han sido ejemplos de honestidad y transparencia. (Todo lo contrario)
El caso Odebrecht, que admite haber sobornado funcionarios por más de 92 millones de dólares, lo que supone la sobrevaluación de todas las obras obtenidas con malas artes, parece haberle puesto la tapa al pomo junto con los sobornos de 3.5 millones de dólares para la compra sobrevaluada también, de los aviones Súper Tucano. (¡Demonios!)
Las manifestaciones cada vez más grandes y significativas realizadas por el Movimiento Verde en todo el país llenando el vacío que han dejado los partidos políticos de oposición, reflejan el hartazgo de la ciudadanía, sobre todo de una clase media cada vez más empobrecida que grita a todo pulmón: ¡No más corrupción! ¡No más impunidad!
Si los gobiernos del PLD han podido navegar en aguas tranquilas durante todos estos años se debe a que lograron sobreponerse económicamente elevando los impuestos y endeudando el país a tal grado que para el año próximo, según el Fondo Monetario, habrá que disponer más del 53% del PIB para pagar los servicios de la deuda. Y esa crisis económica, junto con la crisis moral, hará saltar al PLD del poder. (Más temprano que tarde)
Solo falta que el Partido Revolucionario Moderno, lo que aún queda del reformismo y los pequeños partidos, no se pongan locos creyendo que el PLD es un rival débil, que será fácil derrotarlo. No, el PLD es un monstruo que siete cabezas. (Que vomita fuego)
Tampoco los grupos del Movimiento Verde pueden traspasar sus límites creyéndose una fuerza política capaz de derrocar al gobierno. (¡No!)
En 20 años los peledeístas han acumulado más dinero de lo que nadie puede imaginarse. Es cierto que el Comité Político es el grupo económico más poderoso que tiene el país. Al poder económico hay que sumarle el poder político. La estructura mafiosa que ha construido le permite jugar con la pobreza y la ignorancia de los sectores marginados. Por lo tanto, a pesar de  la crisis económica y moral, y a pesar del hartazgo popular, solo la unidad y la lucha podrán echar del Palacio nacional al PLD de una vez y por todas. (Solo así) Como decíamos antes los izquierdistas: “¡Sin unidad no hay fuerzas, y sin fuerzas no hay victoria!”
No olviden que para las elecciones falta mucho tiempo. El gobierno es nuevo aunque parece y es viejo. Muchas cosas estar por verse en los próximos tres años. No olvidemos que, como decía un narrador de pelota, “el juego no se acaba hasta que no termina”.