Por Daygorod Fabián Sánchez El Autor es Educador y Comunicador Social Cada día me inclino más hacia la noción de que el hecho ...
Por Daygorod Fabián Sánchez
El Autor es Educador y Comunicador Social
Cada
día me inclino más hacia la noción de que el hecho de tener dinero no brinda
abolengo social. El comportamiento ético, más aun cuando se trata de un
legislador, debe ser una muestra de lo que es y representa: LA POBLACIÓN. Esto se debe a que está
en la obligación electoral y política de tomar iniciativas a favor de la mayoría
de su demarcación. Pero además dicho legislador debe ser un ente de ejemplo
para sus partidarios y su por su puesto para las futuras generaciones en material política
y social.
En
mi caso, que medito en que la política debe ser ética y cambiar, debatirse
ideas, propuestas y soluciones a los principales males que afectan la nación,
me cayó muy mal leer en la cuenta de Facebook del inmencionable legislador
expresiones de carácter barrial y haciendo alusión a actos sexuales
indecorosos. Claro aunque éste no acreditado congresista simboliza la Provincia
de Montecristi, no así el pensamiento de los ciudadanos que humildemente
emitieron el sufragio por él….
….No es la Primera Vez
Ya
es costumbre que éste, reitero inmencionable congresista, se exprese de esta manera.
En cualquier país del mundo, con el mínimo grado de responsabilidad ética, política
y ciudadana, sucederían dos cosas: a) Una Disculpa Pública o b) Renuncia a su Puesto
de Parlamentario. La lisonjearía de los soldaditos senatoriales se observará
luego de este artículo, defendiendo un acto totalmente fuera de lo ético y lo
decoroso. Hay una frase muy llamativa y es que: “nos rodeamos de lo que somos”,
de ser cierto esto entiendo porque las expresiones del legislador
inmencionable.
Ojalá la Democracia
Dominicana evolucione y seamos representados digna, ética y moralmente. Debo señalar
que esta acción no es típica del PLD, que tiene, al menos en esta provincia
gente decente, que sabe hacer política y además imposibilitados moralmente para
denigrar verbalmente de los demás, aunque sean adversados políticamente, producto
de su gran decencia a la hora de expresarse. Por ejemplo: Tito Bejaran, Rafael Abel Lora,
Francis López, entre otros.