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Peloteros dominicanos revientan sus cuentas bancarias

SANTO DOMINGO.  Más de un centenar de peloteros dominicanos reventó sus cuentas bancarias entre abril y octubre con tantos dólares que...

SANTO DOMINGO. Más de un centenar de peloteros dominicanos reventó sus cuentas bancarias entre abril y octubre con tantos dólares que requeriría camiones para trasladarlos, aun en los billetes de mayor denominación, los de 100. Es una relación ganar-ganar entre los empleados de mayor cotización que produce el país y los dueños del pasatiempo nacional estadounidense.

En abril pasado, 97 toleteros duartianos arrancaron la temporada de las Grandes Ligas con unos contratos que les reportarían US$459,343,667, la mayor parte garantizada.

Durante el curso debutaron 38 y otros 21 con experiencia previa se sumaron para estirar el cheque final hasta la suma de US$466,470,809 sin incluir los US$21,000,000 que cobró Alex Rodríguez sin siquiera uniformarse con los Yanquis.

Pero ese batallón caribeño más que duplicó esa inversión en el terreno, no solo con las estadísticas a la vista de todos, como más jonrones, carreras y ponches que cualquier otro de los 30 equipos, sino también visto con la finura de la sabermetría.

Los criollos totalizaron 98.8 victorias sobre jugador reemplazo (WAR en inglés) y su producción colectiva tuvo un valor de US$1,030,800,000, de acuerdo con el método de cálculo Fangraphs, la Biblia del béisbol especializada en estadísticas de última generación.

Esto poco más de mil millones de dólares es el dinero que los equipos hubiesen tenido que invertir en la pasada agencia libre para conseguir el aporte que hicieron los quisqueyanos en la serie regular de la campaña 2017, explica Fangraphs en su definición sobre el valor que otorga a cada WAR.

Conseguir una victoria en el Big Show cuesta a los equipos entre 8-9 millones de dólares, de acuerdo con el método de cálculo de FG, uno elaborado con base en las nóminas completas de los clubes y los resultados.

Así, comprar el aporte de un jugador como José Ramírez (6.6 wars) les hubiese costado a los Indios US$52,6 millones, aunque el pago al banilejo fue de US$971,600. Para los Yanquis, encontrar en el mercado el desempeño de Luis Severino (5.7 wars) hubiese significado un desembolso de US$45,7 millones, pero el quisqueyano cobró en realidad US$550,975, otra ganga.

Con 4.8 wars, Marcell Ozuna generó la producción que requeriría US$38,8 millones a los Marlins, mientras que Gary Sánchez (4.4) tuvo un desempeño de US$35,5 MM y Nelson Cruz (3.8) de US$30,5 MM.

Del lado opuesto, Albert Pujols (-2.0) cobró US$26 millones, pero su aporte tuvo un valor de US$15,7 MM. También, Johnny Cueto (1.2) devengó US$23,5 MM, pero el valor de su desempeño fue de US$9,8 MM, Francisco Liriano (0.8) recibió salarios por US$13,6 MM y su servicio valió US$6,5 MM.

Pero Hanley Ramírez es el peor ejemplo. Sus -0.4 wars tuvieron un valor de US$3,3 millones mientras que los Medias Rojas giraron a sus cuentas US$22,7 MM. En cambio, Rafael Devers, un novato que cobró US$204,610, totalizó 0.9 wars con una producción de US$7,2 millones para el mismo equipo.

“El concepto de jugador reemplazo es una construcción abstracta, pero con una base matemática. Es aquel que tiene una producción (con) un porcentaje específico por debajo de lo que aporta un jugador average en Grandes Ligas”, explica Carlos José Lugo, ingeniero en sistema, comentarista y experto en sabermetría que trabaja en la oficina de operaciones de los Tigres del Licey y es parte de una empresa de formación en el área de bésibol avanzado.

Este lenguaje se explica en que si los Yanquis no hubiesen tenido las 4.4 wars de Sánchez y lo hubiesen sustituido por un jugador reemplazo los Mulos, en teoría, hubiesen perdido 4.4 partidos más.

“No se confundan, un jugador promedio tiene mucho valor en Grandes Ligas y un jugador reemplazo está por debajo de un jugador promedio. Se dice jugador reemplazo porque se supone, en teoría, que un equipo encontraría en cualquier momento a ningún costo en término de jugadores y en términos de costo por encima de lo que sería el salario mínimo en Grandes Ligas”, explicó Lugo, que ha escrito decenas de artículos e invertido decenas de horas explicando un lenguaje que cuesta digerir entre los puristas, pero con una enorme aceptación en la industria de la MLB.

Fueron 44 los dominicanos que en la campaña lograron al menos una war, el 28% del total. Fangraphs otorga la categoría de “jugador de rol” al que consigue entre 1-2 wars. Entre 2-3 lo coloca como un “sólido abridor”, 3-4 como “buen jugador”, 4-5 de nivel de “All-Star”, 5-6 sube a “súper estrella” y 6 o más de “Jugador Más Valioso”.

“Durante años uno anduvo buscando algo que definiera el valor de un jugador en un solo número. Por ejemplo, un jugador de posición, por muchos años el béisbol se valió de la triple corona (promedio de bateo, jonrones y remolcadas) luego nos fuimos dando cuenta de que esos eran números con muchísimas fallas inherentes a la hora de poder determinar el valor real de un jugador. La idea de las wars es recoger toda la contribución de un jugador y representarla en un solo número de manera fácil cuál es el valor de ese jugador produjo en una temporada”, dijo Lugo.

NPerez@diariolibre.com